viernes, 18 de mayo de 2018

El cultivo de la Cebolla

Si estamos comenzando a hacer "nuestros primeros pinitos" en la huerta, este es uno de los cultivos que, junto con el rabanito o la lechuga, podemos plantar porque el resultado final estará garantizado, casi con toda seguridad, y esto nos motivará para continuar con otros cultivos en el huerto.
 
Las cebollas son hortalizas frecuentemente cultivadas en huertos caseros debido a que ofrecen una gran variedad de posibilidades culinarias, son fáciles de cuidar y requieren muy poco espacio.
 
Hay muchos tipos y variedades de cebollas, aunque ya siempre recomiendo elegir la cebolla que mejor se adapte a la zona donde vivimos. Cuando vayamos a comprar la semilla o el plantón, en el caso de que no queramos hacer semillero, lo mejor es que le preguntemos al vendedor que variedad de cebolla se suele plantar en esa zona y cuál nos recomienda.
 
La cebolla es un bulbo que requiere un alto aporte de nutrientes. Para la cebolla el nutriente esencial es el nitrógeno, otros nutrientes que nos proporcionarán unas cebollas de gran calidad y tamaño son el fósforo, el azufre y por ultimo contribuirán al fin que nos proponemos el calcio, potasio y magnesio.
 
Por eso es crucial un buen abonado del terreno, al menos 15 días antes del trasplante o siembra. Seleccionaremos un lugar con espacio suficiente y con buena iluminación natural, trabajaremos la tierra rompiéndola para que quede suelta (la cebolla no tolera los suelos compactos), aplicaremos una buena capa, entre 5 y 10 cm, de compost maduro o humus de lombriz, sin escatimar, en este paso no podemos ser rácanos si queremos obtener un buen cultivo. Tened en cuenta que tarda unos 3 meses en cosecharse y el desarrollo del bulbo lo va a hacer en el último mes, así que necesita llegar a ese último mes con alimento suficiente.
  
La mejor época para el trasplante del plantón de cebolla es con la llegada de la primavera, aunque por la zona del norte de España suele hacerse en Marzo, cuando ya el riesgo de heladas es escaso, o nulo.
 
Como ya hemos preparado la tierra unos 15 días antes, no tendremos más que marcar en la tierra una línea recta y hacer agujeros de aproximadamente unos 6 cm de profundidad y de 20 cm entre ellos. Luego colocamos en ellos las plantas de cebollas presionando ligeramente para que no queden bolsas de aire formadas en la tierra. Al igual que en todos los trasplantes que efectuamos, el riego es fundamental una vez finalizada la plantación.
 
Para prevenir las enfermedades y las plagas, prueba a plantar rábanos en la misma área del huerto que las cebollas.
 
A la hora de efectuar el riego es aconsejable que este se efectúe por goteo. Si no queremos instalar el riego por goteo, debemos tener en cuenta que las necesidades de riego de la cebolla son diferentes en la primera etapa de desarrollo foliar que en la de desarrollo del bulbo. Al principio necesitará más agua que al final. Y siempre debemos procurar regar sin mojar demasiado la planta ya que esto puede hacer que la planta se pudra.
 
" Si quieres que las cebollas adquieran un sabor un poco más dulce, riégalas con más frecuencia."
 
La mejor manera de comprobar que la cebolla tiene el agua suficiente es hundir un poco el dedo en la tierra y ver si la tierra está ligeramente húmeda, nunca encharcada.
 
Si por el contrario la tierra tiende a estar siempre demasiado seca obtendremos unas cebollas prematuras que se secarán antes de tiempo y tendrán un bulbo más pequeño.

 
Esto es importante ya que debemos cuidar siempre este grado ligero de humedad. No vale que dejemos secar la tierra y un día vengamos y encharquemos la tierra porque esto puede agrietar el bulbo y darnos unas cebollas de peor calidad.
 
Si alguna de las cebollas florece, arráncala. Cuando una cebolla produce flores, quiere decir que ya ha alcanzado su tamaño y su sabor máximos.

Y, llega la hora de la recolección, pero, ¿Cuándo recolectar nuestras cebollas? Las cebollas terminan de madurar cuando la parte superior adquiere un color dorado. En este punto, procederemos a doblar el tallo, de forma que quede tumbado sobre el suelo para que todos los nutrientes se dirijan al bulbo exclusivamente. Unos días después, los tallos habrán adquirido un color marrón y las cebollas estarán listas para cosechar.
  

Saca las cebollas de la tierra, ayúdate con una pequeña azada, si es necesario, y corta las raíces y los tallos a 2,5 cm (1 pulgada) sobre el bulbo. Deja que las cebollas se sequen durante uno o dos días al sol, en una zona sin humedad, puede servirnos el mismo lugar donde las teníamos plantadas, posteriormente las dejaremos en un lugar interior, de ambiente seco durante 2 a 4 semanas para que sigan secándose.
 
Si quieres que tus cebollas se mantengan, un poco más, en el tiempo sigue estos consejos:  

  • Guarda las cebollas en medias o sobre una malla para que se mantengan aireadas mientras se secan. De esta forma, aguantarán más tiempo en buenas condiciones y conservarán mejor su sabor.
  • Las cebollas dulces se echarán a perder antes, por su alto contenido en agua, por lo que debes consumirlas en un plazo más corto para evitar que se pudran. 
  • Desecha, o corta y utiliza cualquier cebolla que muestre signos de estar echándose a perder para que no contagie la enfermedad a otras cebollas guardadas en el mismo lugar.
Y por último, una curiosidad, te has preguntado alguna vez, ¿por qué el cortar cebolla nos hace llorar?
  
La acción de cortar una cebolla hace que se mezclen dos sustancias, que como resultado, producen un gas que contiene azufre y que al contacto con el agua, como los ojos que son húmedos, se descompone en ácido sulfúrico. Entonces, el cerebro reacciona diciéndole a los conductos lacrimales que produzcan más agua, es decir lágrimas, para diluir el ácido y proteger así los ojos.
 
Si quieres evitar que tus ojos “lloren” al cortar cebolla, sigue estos consejos:

  • Usa lentes de cocina para proteger tus ojos. 
  • Corta la cebolla bajo agua fría. Los compuestos volátiles sulfurados se liberarán pero reaccionarán con el agua en lugar de alcanzar tus ojos.
  • Congela la cebolla, durante unos 10 minutos antes de cortarla. Así, la temperatura fría de la cebolla ralentizará la reacción, que da lugar a esos compuestos sulfurados volátiles.
  • Un cuchillo bien afilado es esencial, ya que el corte será más preciso desgarrándose menos capas de cebolla.
  • Si se sabe cortar rápidamente, es la manera ideal ya que las emisiones de estos gases sulfurados serán más cortas y afectarán en menor medida a nuestros ojos.
Frase del día:
" Es preferible desgastarse que oxidarse." Cumberland

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